Los coches eran de los padres. Las madres no tenían, ni siquiera sabían conducir.Cada familia tenía un único coche. No como ahora. Mi padre tenía un Seat 1500 que años más tarde me transfirió. Fue mi primer vehículo, pero ya no vivíamos en Llerena.
No había coches de importación. Las marcas nacionales Seat, Renault, Citroen, .... eran las dueñas absolutas del parque de vehículos.
En las casas se veneraba el automóvil familiar. Se iba al campo toda la familia, se lavaba el coche, etc. De los coches de Llerena, solo recuerdo el Seat 131 (como el de la foto) de la familia que vivía en el piso de abajo. Era un ATS que tenía también su consulta en la casa y su 131 era de color naranja.
En 1977 se veían todavía muchos coches de la década anterior, de los 60. Gran cantidad de Seat 600, 1500, 124, R-8, Simca 1000, MG, Morris, etc. Todos ellos de gasolina. Algún taxista probaba a poner un motor Perkins de gasoil a su 1500 casi siempre con penosos resultados en cuanto a rendimiento, potencia y vibraciones.
Mi padre era un gran aficionado a la mecánica y nos inculcó a los cuatro hermanos la afición a los motores. Donde quiera que estés: un beso, Papá.
¡Jo!. Pensando como nos movíamos los españolitos en aquellos tiempos, da escalofrío. Primero que las carreteras daban pavor y, los coches de aquella época no tenían ningún tipo de seguridad y además eran de puro hierro, con lo cual te podías hacer mucha pupita con ellos.
ResponderEliminarMi padre tuvo un Seat 124, con el que aprendí a conducir y que luego me quedé unos buenos pocos de años más. Aún creo que sigue andando. En ese coche viví más de una peripecia, hasta incluso pudo llegar a ser el paritorio de mi primer hijo, algo que por suerte no sucedió así. Es el único coche de los que he tenido que me hubiera gustado haberlo conservado, pero fue imposible.
¡Qué duros eran!, pero duros, duros.
Te acuerdas, Carlos, cuando seguíamos, de forma muy persistente, a algún coche. Qué mosqueo se cogían! Sobre todo por la matrícula: NA-????
ResponderEliminarYa lo creo que me acuerdo. Ese ha sido el coche de muchas y muy buenas correrías, tanto en Llerena, como cuando me fui a Ciudad Real. Si es que uno siempre tiene que estar metido en el mundo farandulero.
ResponderEliminarUn abrazo.