Un poco antes del traslado, mi padre compró una Mini Montesa en Cáceres. Nos la llevamos a Llerena.
Con esta "motillo" iba a la piscina y me daba alguna vuelta por el pueblo. En aquella época no hacía falta llevar casco y se podía disfrutar del entorno en su totalidad.
Este modelo en concreto, tenía un curioso selector de desarrollo de marchas: A y B. Era una palanquita que había que mover con la mano para seleccionar el modo de velocidad: urbano o carretera. No se podía (no se debía) cambiar en marcha.
Con este "vespinillo" iba a la casa de un amiguete a darle clases de guitarra (1.000 ptas al mes) y llevaba a mi chica, Maribel, a la piscina. Ella debería ir un poco incómoda porque, como veréis en la foto, no estaba muy bien diseñada para dos plazas precisamente. (Maribel: mis disculpas y tienes a tu disposición los comentarios para vengarte).
También la utilicé para ir a un trabajo (mi primer trabajo) que ya comentaré más adelante.
Por alusiones...¡Serás cabroncete!. A mí me llevaste cuatro veces contadas; el resto, en el manillar de la bici o a pata. Pregúntaselo al resto de las nenas que llevaste pero yo, me sentía importante y afortunada. En aquella época era todo un lujo que te pasearan en moto, sea como fuese. Era de lo mejor, como tú.
ResponderEliminarEsteban, ¿qué fue de ella?. Seguro que pasó a mejor vida o ¿aún la conservas?
ResponderEliminarPues lamentablemente, no se pudo conservar. Después de Llerena tuvimos dos traslados más: a Montánchez y a Valencia de Alcántara. Aunque yo ya había salido de casa.
ResponderEliminarEn alguno de los traslados, seguramente mi familia se deshizo de élla.