
Esta disposición planetaria se denomina "Oportunidad de lanzamiento" y su periodicidad depende de las órbitas de origen y destino.
Concretamente, para poder llegar a los planetas exteriores Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, la oportunidad de lanzamiento ocurre cada 175 años. Precisamente, en 1977 se produjo una oportunidad de este tipo y se lanzó las sondas Voyager 1 y la 2.
En su camino, las sondas se acercan a un planeta, hacen fotos y, aprovechando su ayuda gravitacional siguen el viaje hacia el siguiente.
Actualmente la Voyager I ha alcanzado los límites de la influencia del sol. Zona conocida como "heliopausa".